jueves, 25 de septiembre de 2008

" Cállate la boca "


Eso me digo algunas veces cuando a veces ya es tarde. Se habla y según donde, mejor no hubiese hablado.

Recuerdo cuando pasé angustia por algún problema "verdadero" que busqué ayuda urgentemente en la primera persona que tuviese a mi vera... El resultado era muchas veces bochornoso y aunque entonces no lo entendí demasiado, ahora lo entiendo todo.

Es muy bueno hablar y desahogarse pero: ¡Cuidado con quien!. Puede ocurrir que la persona elegida no esté dispuesta a escuchar o no sea el momento adecuado.

Somos egoístas hasta la médula y no somos capaces de dedicar unos minutos a quien realmente lo necesita, de ahí vienen las confesiones a un extraño y si el que escucha soy yo, el conductor de un taxi, lo hago con agrado, eso sí no me suelo involucrar más que lo justo, porque si las personas no piden ayuda, quizás se sientan molestas al recibir respuesta.

Es muy hermoso tener amigos confidentes, pero auténticos que nos sepan acompañar en los malos momentos, porque para tomar una copa se dice que vale cualquiera, pero en esos momentos que casi se necesita costantemente un abrazo... la cosa cambia.

En ésta sociedad de atrevidos e ignorantes que además de no escuchar, difaman al que necesita apoyo,es mejor ser prudente. Saber esperar y elegir el momento con la persona adecuada, es un don que se va aprendiendo con las vivencias.

La frasecita:

-"Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar", deberíamos aplicarla según sea la calidad humana que contenga el interlucutor que tengamos delante...

2 comentarios:

  1. Cierto, cierto. Y eso que a veces, con nuestro silencio podríamos contar muchas más historias.

    Muaks mañaneros

    Lara tiene alas

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