lunes, 21 de noviembre de 2011

El filósofo y el búho



Camino del destierro iba un viejo filosofo que habia sido expulsado de su pais por predicar la verdad, la justicia y el amor entre los hombres.
-No comprendo -meditaba muy compungido -por que merezco este cruel castigo.
Me arrancan del seno de los mios por haber llevado una vida honesta y honrrada, dedicada al estudio y a la enseñanza. Cuando así discurria atravesaba un tupido bosque y de pronto escucho un ligero alboroto de aves. Se dirigio al lugar de donde provenia y constato que el estrepito era provocado por una bandada de urracas y cornejas que censuraban, escarnizadamente, a un indefenso buho.
-¡ Que muera! ¡ Es un bribon! -gritaban las urracas.
-¡ Es un impio y traidor! -azuzaban las cornejas.
-¡ Si, si, hay que desplumarlo vivo!
Coreaban todas.
¡ Muerte! ¡ Muerte al cobarde!
El atribulada buho buscaba desesperadamen, convencer a sus gratuitos detractores que incurrian en un grave error.
¡ Por favor, tengan calma! No hice daño a ninguno de ustedes.
-suplicaba moviendo la cabeza de un lado a otro, tratando de persuadirlos. Pero la horda enfurecida, luego denuestos y gritos, paso a los picotazos.
El filosofo, testigo del tremendo alboroto, se compadecio del escarnecido buho y cogiendo una rama arremetio contra el tumulto, diciendo: -¡ Largo, cobardes! ¡ Ustedes no tienen perdon, pues atacan al buho porque esta indefenso!
- y blandiendo el improvisado garrote, espanto a urracas y cornejas que tomaron las de Villadiego.
Y mirando al sorprendido rapaz nocturno, le pregunto
- No temas, amigo ¿ Por que querian matarte? ¿ Les hiciste algun daño?
El buho, alisando las plumas, respondio: No les hice ningun mal señor. Lo que les atormenta es que puedo ver en la noche.
-¡ Ah, ya comprendo! Dijo el filosofo. - A ti te ocurre igual que a mi. Los hombres me persiguen porque siempre he buscado y predicado la verdad, que es como ver en la noche de la ignorancia.
"En este mundo traidor, al mejor lo tratan peor"

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