martes, 20 de octubre de 2009

"La cunita de madera clara y la niña tontona"





Había una vez unas niñas que se pasaban horas jugando a las muñecas, una de ellas al ver como la muñequita de su amiga no tenía cunita para dormir, le regaló una de madera clara y que venía ideal para que jugase su amiguita.

Aunque su amiguita nunca le pidió la cunita, aceptó el regalo porque además le encantaba. Sería una muestra de amistad verdadera aceptar aquella cunita de madera clara, pensó la agraciada niña.

Un día, como es propio de las niñas, en uno de sus juegos, se enfadó mucho la niña que la semana anterior le regaló la bonita cunita de madera clara. No soportaba que las cosas no se hicieran a su antojo y a su manera. Intentó manipular a su amiguita en todos sus juegos y decisiones. Pero la nueva propietaria de la cunita se reveló en una de sus decisiones y aquello fué insuperable para la otra...

Tan enojada e impotente se sintió que decidió pedir lo que antes regaló: La cunita linda de madera clara. Pero las niñas que son capaces de tener esos sentimientos, no son generalmente valientes para afrontar y aceptar las cosas difíciles en la vida.

Tan dura sería aquella prueba de pedir lo regalado, que sintió vergüenza y rabia al no verse capaz de hablar con la que fué su amiguita. Quería la cunita linda de madera clara, costase lo que costase...

Habló con una tercera amiguita para que le reclamase su cunita perdida... pero le salió mal su plan infantil esta vez.

La mamá de la niña "tirana", llegó a enterarse, porque todo se sabe... Le regañó y le dió una lección que debía aceptar:

-"Las cosas que se regalan no deben reclamarse y los asuntos deben de debatirse con naturalidad y en primera persona, no con terceras personas y a escondidas"


1 comentario:

  1. Me ha gustado el relato. Perfectamente se puede aplicar a la vida real. Y como decíamos de pequeños "Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita"
    Saludos

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