
Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGO UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.
El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.
Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:
HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA.
Intrigado, el amigo preguntó:
¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:
Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.


Esta pequeña historia me recuerda a los cuentos de Jorge Bucay. Y la verdad me encantan.
ResponderEliminarA veces, nos olvidamos de quienes nos hacen reir. Viajar. Y Crecer. Cierto, deberiamos tatuarnos en la piel, en las venas y en el alma los ojos y las palabras de quien nos quiere.
Muaks de colores.
Lara tiene alas
PD: Yo ya te había descubierto. A ti y a Susi. Un placer leerte y que compartas mi aleteo.