Atrás hemos dejado verdes montañas, tierras de bien y cachitos de buenos recuerdos, pero fueron tiempos muy duros, de noches y días sin luz. Gracias a Dios, todo pasa y la suerte no nos abandonó en cuanto a buena salud se refiere.
Estoy trabajando de nuevo el taxi en mi Zaragoza... soy agua para chocolate. Me ajusto a los cambios y sigo cruzando puentes, suspirando y controlando mis emociones.
Estamos viviendo una etapa maravillosa, a pesar de lo que está cayendo... observo gente decaída que tratan inconscientemente de contagiar a los demás.
¿Cómo contagiarme de pesimismo, si amo el sol y la vida? ¿Cómo vas a derrotarme con tanta felicidad que tengo a mi alrededor?
Susy, efectivamente aprobó el examen de calles, y estoy muy orgulloso de ella... veremos a ver ahora que ocurre de ahora en adelante.
Sólamente quiero decir algo:
Toda mi vida y mi esfuerzo... todas mis locuras y vivencias merecieron la pena por ver felices a mis hijas...
Gracias amor.
ResponderEliminarTe adoro