miércoles, 23 de febrero de 2011

Secretos y Sombras





Camino por la calle y me doy cuenta que todo a cambiado alrededor de mí. Todo, incluso yo mismo. Algo debe de quedar en mí, porque recuerdo mis raíces y mis orígenes. Debe ser eso que llaman el alma, porque seguramente después de seis meses aquí, en este bello y desconocido lugar bebiendo agua sin cal y cristalina, mi cuerpo se restauró por completo. También lo que probablemente haya olvidado, obviamente perdido estará.

A pesar de la crisis, mi calidad de vida a mejorado notablemente. Me cuido más, descanso ocho horas cada día y no pierdo el ritmo de horarios. Todo tiene sus ventajas e incovenientes.

Leo la prensa diaria de Zaragoza por internet... es gracioso, estoy más informado que cuando vivía allí, aquellos días donde me dedicaba a calcular el tiempo entre semáforo y semáforo, medir distancias y minutos. Cuando conoces los baches de las calles, el horario de los bares que abren y cierran, piensas que eres el rey... error común del taxista. Todo se controla y llega un momento que tienes la ciudad a tus pies. Amores que matan.

Me he adaptado perfectamente a mi nueva vida, quizás sea porque yo no era de tardes enteras de bares, ni de juegos ni de otros vicios. Me dedicaba por completo a mi trabajo... Por eso estoy completamente tranquilo en mi difícil decisión de abandonar aquel sinvivir.

Está noche desperté de mi dulce sueño repentinamente a las 3.05 A.M. y recordé a mis compañeros taxistas de Zaragoza, con la certeza que seguirán allí en el bar de 3.00 a 4.00 A.M. y luego seguirán su ruta.
Pienso darles un abrazo próximamente, tan grande que quiero escuchar crujir sus huesos contra los míos... Ahogarnos con lágrimas de alegría.

Desde luego el calor de mi cama y la compañía de mi esposa no lo cambio ni por todo el oro del mundo... de hecho, estoy más unido que nunca con mi esposa y mis hijas, valoro mucho el amanecer de cada día; que es lo que Dios me da.

Tengo un horario comercial y los fines de semana los disfruto en familia, afortunadamente.

Sigo una dieta alimenticia sin grasas ni impurezas que me permite estar en armonía con mi cuerpo. Ahora mismo, mis niñas me han traído la merienda al trabajo: Jamón de york, pan integral y dos yogures...

Realmente la vida es sencilla y bella, si tienes diamantes alrededor que deslumbran cada momento...

Todo lo demás es lo demás.


Richard Marx - Right Here Waiting

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