"Por inteligencia, aprendizaje y sabiduría, he aprendido a dar el primer paso hacia los demás y a estar disponible a la fácil comprensión, acogida y perdón de sus ofensas. Sé disculpar, perdonar y hasta olvidar; primero pienso en mí mismo, mediante un inteligente acto de auto amor y de auto curación.
Sé que al perdonar, le quito al posible ofensor todos los poderes que podría darle sobre mí y sobre mi vida, si le guardo rencor o busco algún tipo de venganza. Tengo muy claro que nadie puede hacerme daño sin mi consentimiento y que si no perdono y dejo clavada en mi alma la flecha envenenada del odio, del rencor o de la venganza, soy más que necio, porque les estoy concediendo a quienes pretenden ofenderme y causarme daño, un poder casi omnímodo sobre mi vida y mi capacidad de ser feliz. Los motivos que tengan los demás para lanzar contra mí los dardos de sus ofensas para herirme, nacen de sus mentes y corazones envenenados y no permitiré que su ponzoña envenene también mis pensamientos y sentimientos."
Bernabé Tierno.
Que bonito escrito. Ojalá todos tuviéramos la capacidad de perdonar.
ResponderEliminarSaludos.