sábado, 16 de octubre de 2010

El poder del perdón





“El perdón de las ofensas corresponde al ofendido, pero el que hace el mal no perdona nunca”, (Dryden)



"Por inteligencia, aprendizaje y sabiduría, he aprendido a dar el primer paso hacia los demás y a estar disponible a la fácil comprensión, acogida y perdón de sus ofensas. Sé disculpar, perdonar y hasta olvidar; primero pienso en mí mismo, mediante un inteligente acto de auto amor y de auto curación.

Sé que al perdonar, le quito al posible ofensor todos los poderes que podría darle sobre mí y sobre mi vida, si le guardo rencor o busco algún tipo de venganza. Tengo muy claro que nadie puede hacerme daño sin mi consentimiento y que si no perdono y dejo clavada en mi alma la flecha envenenada del odio, del rencor o de la venganza, soy más que necio, porque les estoy concediendo a quienes pretenden ofenderme y causarme daño, un poder casi omnímodo sobre mi vida y mi capacidad de ser feliz. Los motivos que tengan los demás para lanzar contra mí los dardos de sus ofensas para herirme, nacen de sus mentes y corazones envenenados y no permitiré que su ponzoña envenene también mis pensamientos y sentimientos."


Bernabé Tierno.

1 comentario:

  1. Que bonito escrito. Ojalá todos tuviéramos la capacidad de perdonar.



    Saludos.

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