martes, 6 de octubre de 2009

Al Cesar lo que es del Cesar...


El hombre había sido un clásico toda su vida en el taxi zaragozano, su imagen formaba parte del decorado, su vida era aquel taxi en aquella parada. Su emisora: La42, que mola más.

Su hijo chiquitín creció y como no valía para estudiar su padre le ofreció su vida, su taxi. Compartió su horario de trabajo con su hijo.

El infarto se llevó al padre rápidamente y el taxi quedó en las manos del muchacho aquel que no valoró el esfuerzo de su padre. Sólo vió el valor material...

Se compró coche nuevo y reluciente, que al poco tiempo fué marchitando y llegó a tener suciedad y deterioro. Espejo retrovisor roto durante meses, bollos que no se reparaban a causa del desastroso capitán.

Los impuestos no venían bien pagarlos nunca y poco a poco se fué convirtiendo en un fugitivo nocturno que aprovechaba las horas que podía ocultarse más fácilmente de la ley.

Un abandono total y absoluto; informes de la Policía Local y empezó la caza de aquel símbolo de la ciudad malcuidado y desprestigiado por la torpeza del joven capitán...

Una noche fué inmovilizado junto al César y la grúa municipal del Ayuntamiento de la Inmortal Ciudad de Zaragoza se llevaba lo suyo, SU TAXI de Su CIUDAD.

Quisieron hacerle un último regalo al joven capitán: "La transferencia obligada, pero con las mejores formas y maneras" Le brindaban la oportunidad de disfrutar su "venta".

Al poco tiempo el nuevo taxi con el mismo número y con otro joven capitán bordeaban la ciudad como si de un pequeño contratiempo hubiese ocurrido...

Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios...

Nunca mejor dicho.

Colorín Colorado éste Taxi-cuento se acabado.




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