Esos momentos en que me hacen llorar de emoción, sí a lágrima viva. Es cuando me doy cuenta que ellas son todo para mí, a pesar de las tensiones que paso durante la semana con ellas, tengo mi recompensa multiplicada por cuatro: Susy, Silvia, Lucía y Susi.
Hoy ésta entrada podía haberla titulado " Último día en la Expo en familia" o "Día nacional de Indonesia en la Expo". Pero a pesar de todo lo que hemos visto hoy (que ha sido mucho), lo importante realmente han sido ellas.
Al final del día agotador, viví un momento de máxima emoción, fué a las puertas de la Expo, ya cuando más cansados estábamos, allí estaba la mascota de la muestra: Fluvi con su amigo Raspa.
Silvia me dijo que quería abrazar a Fluvi, así de bonito. Me embargó la emoción porque a pesar de el batacazo económico que la Expo ha causado al gremio, y teniendo en cuenta todos éstos perjuicios, hemos sabido mantener el tipo con las pequeñas y hermosas niñas, para preservar su ilusión. Hemos sido objetivos con nuestra ciudad, porque la Expo ha sido buena para Zaragoza.
Fué hermoso ver a mis hijas abrazadas a Fluvi, viendo un sueño cumplido. La inocencia infantil y la felicidad en su máxima potencia.
¡Qué bonito es poder vivir al lado de la felicidad y de la verdad de mis niñas, y que bello es el amor junto a la mujer que quieres!
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