Estar enamorados es darlo todo por una persona, darlo de verdad. Sin ninguna pretensión, tan sólo por permanecer unos instantes a su lado, dar la vuelta al mundo.
Estar enamorados es no esperar nada a cambio y recibirlo todo al observar la mirada cómplice e insinuante.
Cuando uno se enamora, todo cambia y todo se ve de una manera especial, desinteresadamente das tu vida y te entregas al amor sintiéndote tan dichoso e ilusionado que te preguntas cómo has podido vivir hasta ese momento sin ell@.
Todo es mágico... la mirada y los ojillos tras las gafas, el calor de sus manos, la comisura de sus labios. Si hay alguna imperfección la mimas con toda la delicadeza del mundo y la besas con tanta pasión que renace la calidez más hermosa e interna que nunca imaginaste.
La suerte está echada... y cuanto más difícil es la relación más se desea y más intensos son los encuentros, todo lo demás pasa a un segundo plano.
Así fué mi enamoramiento con Susy, intenso y cálido en las miradas, casi atrevido y prohibido. Limitándose tan sólo a extrarradios, con las manos unidas, sin maldad ni pretensiones. Un amor fresco y adolescente con unos años de retraso y experiencia añadida. Pero jamás tardío; todo lo contrario a tiempo de recobrar una vida llena de temores y miedos, desengaños...
Nunca tan feliz como ahora a tu lado, y con nuestras niñas esos soles que nos dan la vida...
Nunca tiempos tan duros, nunca tan difíciles... y lo que nos amamos... Sólo tú mi amor lo sabes.
Por ello, tras esas gafitas... tus ojitos y los besos que te doy, pequeñína.
Feliz Cumpleaños, Susy.
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