jueves, 27 de enero de 2011

Entre la sonrisa y la paz



Me alegro de estar en Asturias, sobre todo cuando mi mirada se pierde en el verdor de las montañas, cuando la humedad me refresca la piel.

Doy gracias por haber actuado siempre con el corazón. He tenido suerte de llegar hasta aquí.

A lo bueno se acostumbra uno muy pronto y a la contaminación de tus besos y de tus abrazos y a los de mis hijas que para eso las crié.

No sé el camino que me queda para llegar a mi fin, pero lo que me llevo por delante, es bastante como para descansar en paz conmigo mismo.

Un día que pasa, un día que agradecer a Dios y a la vida...


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