jueves, 18 de noviembre de 2010

Retomando principios personales

Fotografía: Javier Losa

Llevo una temporada que digo poco... o casi nada. Busco vídeos que me gusta compartir y poca cosa más.
Lo más curioso del caso es que podría decir y mucho... pero quizás por miedo a opinar y luego equivocarme al final borro el post, y dejo el vídeo. Esto me contradice a mí mismo hasta el punto que hoy le comenté a Susy lo que ocurría...

"Me encantaría decir y contar lo preciosa que tenemos la librería, lo feliz que me siento cuando veo que la gente agradece nuestro esfuerzo. Contar lo que mimamos la mercancía, la ilusión de vender a un precio digno y asequible... La alegría de sentirse satisfecho de lo que haces."

Pero me viene el miedo... ¿Porque?
En este blog siempre he contado la verdad (mi verdad) y es cierto que solemos equivocarnos a menudo. Cuando en entradas anteriores hablaba del taxi que yo llevaba, hablaba maravillas y sin embargo luego opté por no seguir en Zaragoza... ¿Entonces? ¿Mentía cuando os contaba mis sentimientos y aventuras? NO rotundamente NO.

Lo que ocurrie es que la vida y las necesidades cambian y si además tu familia cuenta con tres niñitas que alimentar y vestir... las cosas en dos meses cambian de forma espectacular... y en el caso de depender exclusivamente de un taxi, tu futuro queda en manos de tus reflejos y de una máquina con miles de piezas que sustituir y reparar.

Centrándome en lo que yo quería decir es que yo llevo intención de contar mi presente y como humano que soy, me equivocaré o no... pero será lo que realmente me importe.

Aclarada la cuestión, digo y afirmo que tenemos muchísima ilusión Susy y yo por nuestro negocio en un sitio de ensueño como es Oviedo pero al mismo tiempo, muchísimo temor ante la enorme responsabilidad de ser los únicos sin más ayuda, en "tirar adelante con el carro" con la mejor sonrisa posible, en una sociedad llena de penalidades e injusticias.

Pero en ningún caso dejaremos empañar nuestro presente.



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