jueves, 11 de noviembre de 2010

Perder la sonrisa


Hoy invertimos los papeles, Susy se encargó de abrir la librería por la mañana y yo de despertar a las niñas, darles el desayuno, arreglar las camas y llevarlas al colegio.

Más tarde, yo tenía que solicitar una revisión médica para la semana que viene, además de alguna cosa más que siempre hay que hacer.

Me llamó la atención un detalle esta mañana cuando desperté a mis tres niñas una por una para ir al cole, algo que no se le suele dar mucha importancia... lo solemos atribuir a la edad y el crecimiento personal: La pérdida de la sonrisa.

Suena un poco mal pero esta mañana primero con Silvia de nueve años, se comportó incomodada y con mal gesto al comprobar que debía levantarse, seguidamente algo parecido pasó con Lucía de ocho años... Luego me tocaba Susi, la pequeña de tres añitos; ésta antes de abrir los ojos ya me había sonreído...

Aunque ya sabía como iban a reaccionar las tres porque evidentemente convivo con ellas a diario y mejor que "la mano que mece la cuna" no las conoce nadie, esta mañana analicé la situación:

Cuanto más mayores nos hacemos, más observamos, más sabemos y mayores son las decepciones. Nos volvemos serios... y lo peor: Se nos borra la espontaneidad y la sonrisa.

Susy me comentó que era normal, que la pequeñína de tres cuando tenga un par de años más, estaremos con otra "seria" en casa.

Debemos enseñar a disfrutar a los hijos, conocerlos y preguntar lo que les gusta, decirles SI mas que el NO... o por lo menos igual.

Ser sus padres y no mayormente sus "amiguetes", como comentábamos en familia durante la comida... Recordábamos al Juez de menores Emilio Calatayud... gran persona, sabia,honrada y sencilla ¿Os suena?

-Sí, casi todos los días lo digo yo por aquí.

No me importa que mi niña Susi se convierta en una "pequeña adulta" seriotona, lo que ya no deseo es que la seriedad se convierta después en amargura y pesimísmo crónico.

Mañana seguiré haciendo otra cosa que toque... una detrás de otra. "Sin prisa, pero sin pausa"

Yo además de sonreír más bien poco, me estoy volviendo más tranquilo... ¿O quizás viejo?

-Todo puede ser




Una gran sonrisa es un bello rostro de gigante.

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