viernes, 9 de julio de 2010

Calidad y precio





El otro día cuando nos quedamos tirados con el coche, mi mujer, mi hijita Susi de tres añítos y yo, nos llevamos una sorpresa agradable al entrar en el Hotel Gran Bilbao, que por gentileza de mi compañía aseguradora pudimos disfrutar.

Un auténtico placer el ducharse en aquella ducha, la cama dura y confortable, un plasma enfrente, climatizado, luz en el interior del armario, conexiones a internet, tomas eléctricas... Un lujazo.

Cuando a la mañana siguiente, relajados y descansados, bajamos a desayunar nos esperaba un salón impresionante bien surtido en toda clase de alimentos y bien atendido con personas cualificadas para ello...

Tanto confort y comodidad, de repente nos produjo tristeza . ¿Porque?

-Nos faltaba compartir con nuestras hijas mayores Silvia y Lucía. Los dos nos imaginamos la carita de placer y alegría que hubiesen puesto las dos hermanas que siempre juegan a ser "señoritas guapas y elegantes" que realmente ya lo son, pero las niñas vuelan con esas cosas...

Lo que quiero decir es que aunque ésta vez no pagamos nada, nos convenció que realmente SI merece la pena pagar más, si puede disponerse de ello.

Tampoco debe sentirse uno desgraciado si no se puede disponer de ello... Al fin de al cabo "No es lo que tengo... es lo que soy"

Hemos pensado en un viaje relativamente cercano... por ejemplo Galicia. Lo realizaremos todos juntos en familia y... nos alojaremos en un hotel de cuatro estrellas para que disfruten nuestras chicas.

El que un cliente se sienta a gusto, satisfecho y bien cuidado tiene un precio que hay que pagar...

Sólo se vive una vez. Piénsalo.





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