viernes, 18 de junio de 2010

Balada para una despedida





En mi vida todo ha sido luchar y seguir adelante, hoy empezamos la mudanza y aunque vamos a hacerla en diferentes etapas, nos espera un largo camino.

Poco a poco se han ido sucediendo las cosas, mejor de lo que pudiéramos haber imaginado,con contratiempos típicos, pero ya empieza todo a "funcionar" lo mejor posible.

-¿Pena? pues siento mucho el decir lo siguiente:

Ninguna pena me da dejar a la gente en general, ni abandonar el antiguo trabajo, tampoco. Me voy porque debía de irme, por causas justificadísimas, porque uno no tiene más ayuda que las dos manos y un cerebro para seguir adelante. Por vivir en una sociedad donde vivir en familia, casi es un lujo y estamos destinados a estar catorce o quince horas y no tener vacaciones ni hobbies, ni nada. Y si además ello bastase, habría merecido la pena por mis hijas. Pero ni con eso es suficiente.

La verdadera pena me da, el pensar en Zaragoza, la ciudad que palmo a palmo conocí... todas sus calles y sus vías. La luz fulminante que penetra en cada uno de mis poros todos los días... eso es lo que más tristeza me da.

Tristeza y cariño por aquellos pocos que demostraron amistad. Indiferencia por la tozudez, egoísmo e individualismo que se percibe en muchos lugares. La mirada indiferente y perdida de una vaca pastando es la misma que dedico a un alto porcentaje de gente gris e impersonal, borregos en el lado donde más ganado hay, aunque no por ello en el lado correcto.

Volveré varias veces éste mes, para terminar la transferencia municipal y firmar. Volveré para abrazar a los que son mis padres (me guste o no) y sufrir con ellos esa poca salud que se va apagando como una vela en un lugar sin oxígeno.

Y por ello me voy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario