lunes, 4 de enero de 2010

Nubes grises y casitas de colores...





Añoro los viajes de más de 600 kms. que hacía cada quince o veinte días a la bella ciudad bohemia y gris. Era algo que no podía permitirme, pero lo hacía por amor a ella.



Tan sólo la vería unos pocos momentos, trabajando en aquel hotelito. Pero aquellos instantes eran todo un reto para mí, rozando la locura... Sabía que aquello sólo podría hacerlo una vez en la vida. Nadie veía lógica por ningun lado, ni nadie se atrevía a decir mucho, quizás porque se suponía que en un viaje de aquellos desistiría y me daría la vuelta para no volver jamás.



Pero mientras yo seguía soñando el siguiente encuentro, la siguiente mirada. Y aunque acababa cansadísimo, merecía la pena aquel angel de paz que me enamoró desde el primer intante. Llegué a quererla por cada cosa que hacía o tocaba, por cada gesto o su complicidad conmigo. Lo prohibido era lo más apetitoso, sobre todo cuando ambos corazones estaban vacíos en sus respectivos mundos.



Cada dificultad, un reto, un riesgo que tuve que correr, aunque estuve a punto de abandonar la locura aquella. Lo intenté y tuve la desesperación como respuesta. Si arriesgaba todo, empezaría de cero o más abajo seguramente.



En el verdadero amor, en el que deseas toda la vida y aparece en el momento más inesperado, de la manera menos pensada, no hay egoísmo ni miras por nada ni por nadie. Ni tan siquiera por uno mismo, uno se abandona hasta el final en busca de su sueño...



Por eso, añoro aquella habitación, en aquel hotelito entre nubes grises y casitas de colores, abrazado a ella, mi gran amor. Escuchando las gaviotas por la mañana, recordándome que tan sólo una vez saborearía la inquietud y el desconcierto de sentirme enamorado de aquella forma.



Después vendrían otros momentos felices y difíciles que hoy recuerdo dulcemente en el regazo de aquella misma mujer.



Añoro Avilés, sus gentes y sonidos.



Otras gaviotas seguirán volando sobre el hotelito entre nubes grises y casitas de colores...



1 comentario:

  1. Para que no sientas tanta añoranza,si quieres,me visto de camarera sexi,jajaja,(todo lo sexi que se pueda ser con mis kilitos de mas) y jugamos a que tu llegas al hotel y yo te enseño la habitación y...bueno,el último y lo dejamos para nosotros jajajaja.
    TE QUIERO

    ResponderEliminar