Nadies

Dicen ellas, que a nosotros los hombres nos incomodan las mujeres inteligentes, aunque a veces lo que realmente incomoda es la antipatía en algunas y no por ello deben ser inteligentes incluso las hay necias y antipáticas. Cuando encuentras a una mujer guapa, sencilla e inteligente, además de estar casada, es un tesoro sin duda alguna.

Un hombre exactamente no sé como debe de ser, para que una mujer lo considere "potable", lo que sí que digo es que cuando me enteré hace poco que incluso a algunas mujeres les parece atractiva la violencia en un individuo... me hace pensar bastante.

Puedo afirmar que en el taxi, algunas veces que he sacado un tema de conversación, digamos fuera de lo normal, enseguida te cortan, porque les molesta escuchar algo que no esperan. Estan más cómodas con alguien que se acomode a sus principios, no toleran que me ponga en la piel del agente de tráfico, esperan no sé muy bien qué respuesta...

Puede ser que sea un bicho raro por no fumar ni beber, por no ser futbolero de auricular mientras paseo o por no quedarme fuera, en la puerta de la iglesia o irme al bar mientras se casa fulanito con la menganita.

P. D.

Me gustaría que leyéseis esto, sólo os llevará unos minutos:



" Los Nadies "

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.

Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:

Que no son, aunque sean.

Que no hablan idiomas, sino dialectos.

Que no profesan religiones, sino supersticiones.

Que no hacen arte, sino artesanía.

Que no practican cultura, sino folklore.

Que no son seres humanos, sino recursos humanos.

Que no tienen cara, sino brazos.

Que no tienen nombre, sino número.

Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.