miércoles, 6 de agosto de 2008

" La prioridad"


Hoy acabo de presenciar en primera persona cual debe ser la PRIORIDAD en nuestra vida. Precisamente eso: Vivir.
Las seis menos cuarto de la tarde, 6 de agosto a pleno calor, 39º y Juan Carlos llama desde su móvil a Radio Taxi Zaragoza. En unos instantes dando la vuelta a la calle Manuel Rotellar, allí se encuentra el cliente que me daría la lección; aprendida pero olvidada quizás por las circunstancias...
Me dijo que me dirigiera a la gasolinera de Valle de Broto, que le darían unas cosas un compañero, porque lo iban a hospitalizar en el Clínico "Lozano Blesa". No parecía inmutarle lo más mínimo que su compañero se retrasase mas de la cuenta, mientras el taximetro pasaba los seis euros sin haber alcanzado ni una calle todavía. Risueño pues, pero con cara de cansancio alcanzó las películas de dvd que su compañero le ofrecía en ese momento.
-Vamos para allá, me dijo. Le pregunté si tenía a alguien ingresado cuando me dijo que él iba a ser el ingresado.
Juan Carlos me dijo que el diagnóstico era cáncer linfático, lo mas parecido a una leucemia. Había sido transplantado de médula ósea, sin éxito.Llevaba tres años de calvario, había visto la muerte a su lado y era su lucha. -No hay otra, me dijo. -Estoy mal, muy mal,me han dejado por
imposible, pero resulta que por una casualidad mi cuerpo respondía de un tratamiento, y debido a una anémia, vuelvo a la carga de nuevo. Me someteré en los próximos días a una transfusión y comenzarán de cero. O mejor dicho, continuarán hacia adelante.
Los ojos se me humedecieron cuando me habló de sus hijos de 9 y 12 años. Me comentó que había venido de Valencia conduciendo su auto sólo, por no molestar a su mujer más... Había cogido un taxi, por si acaso no se quedaba aparcado fuera... y él no estuviese para quitarlo de enmedio luego.
Le dió pena que le dejase enfrente del hospital, -Me dé la vuelta y me deje en la puerta.
Cuando lo que quería realmente era despedirse de mí formalmente y dejando claro que su entereza era circunstacial por que lo que vivía era en primera persona. Y que no se arrepentía de nada, había llegado hasta ahí: 50 años y con una enfermedad a vida o muerte y no había otra que seguir luchando.
Le deseé toda la suerte del mundo. Juan Carlos, sabía (porque yo se lo advertí), que mis deseos eran reales y que me sentí muy a gusto escuchando su verdadero testimonio, que mañana puede ser el mío o el tuyo.


2 comentarios:

  1. Que pena me da.Ojala no tengamos que vernos asi pero,desde luego,yo no te dejaria sólo en unos momentos tan duros,auqnue tú me dijeses que no fuera contigo yo iria.¿Te imaginas si le pasa algo sólo? Yo,no me lo perdonaria nunca.
    Por otro lado,viendo casos asi parece que nos quejamos por tonterias,claro que a cada uno le duele lo suyo.En fin,la vida para unos es mucho mas dificil que para otros...

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