domingo, 27 de julio de 2008

AVILÉS, MI GRAN RETO PERSONAL





En Avilés, los taxis son blancos como en Madrid,como en Zaragoza,Santander, Bilbao,ect.
También nuestras mentes son parecidas, quiero decir que somos capaces de resolver cualquier proeza por difícil que ésta parezca en un principio.

Si alguna vez escuchastéis que en Zaragoza somos muy cabezones o muy burros, pues os confirmaré que es cierto totalmente.

Cuando conocí a Susy, llegué a plantearme en dejar todos los trastos e irme a trabajar allí en Avilés, para eso tuve poco tiempo en decidir que Taxista podía ser lo mismo o parecido a lo que yo conocía.

En mis frecuentes visitas a Avilés,la ciudad de mi amada, solía informarme de cómo estaba el terreno en ésta materia( En el taxi). Pude saber que entonces lo que me interesaba era ir de asalariado un tiempo, para luego poder comprar en Avilés y vender mi licencia en Zaragoza.

Después de anunciarme como taxista con 19 años de experiencia, me salió una oferta de trabajo. Evidentemente tendría que ser de noche y a un tanto por ciento.
Acepté, por querer estar al lado de Susy. Entonces en Avilés costaban treinta mil euros más de lo que yo la pudiese vender la mía, pero eso no me importó demasiado, pues lo que realmente quería era estar allí, con quien yo más amaba, a cuaquier precio.

No sé si os daréis cuenta, de lo que es un cambio de ciudad, de clima, gente, costumbres, calles nuevas, acento diferente en el hablar y el escuchar ect.

En Avilés yo había estado en unas cuantas ocasiones, pero conocer una ciudad de visita y por internet, la verdad es que más que una aventura fué una de las experiencias más emocionantes y arriesgadas que pude haber imaginado.

La pena de ésta aventura fué que no pude comprar, por haber lista de espera para ello, entonces pagar un alquiler de la vivienda, mantener una familia, y responder con muchísimos gastos que yo tenía en Zaragoza hasta poder resolver la situación fué imposible desgraciadamente, teniendo en cuenta que me puse en turno de noche a un treinta y siete por ciento... Ruina segura.

Hasta que tomamos la decisión, que lo más razonable era que Susy viniese a Zaragoza, viví unos días trabajando el taxi en Avilés que me marcaron para siempre.

Recuerdo que la primera vez en subir alguien al taxi, en aquel lugar fué escalofriante. La gran experiencia se fué al traste, todo volvía a ser nuevo en esas circunstancias. Tan sólo me servían las estrategias aprendidas en Zaragoza. A nadie le puedes decir que no tienes remota idea de donde quiere ir porque tu sabes menos que él o ella. Me limitaba a decir que era nuevo y que me indicasen "un poco", que luego era un "todo" y que casi tenía que pagarle yo al cliente, por la información.
Bueno, tengo que confesar que sin tener ni idea de nada, se puede se taxista en donde te dé la real gana, teniendo un poco de astucia y maña (habilidad, jajaja).

Fuí capaz a los diez minutos de coger el skoda octavia, de sentirme igual de seguro que en mi propia ciudad.
Una de las cosas que mas me llamaron la atención fueron las tarifas: tenían dos una de taximetro, y otra ya estipulada a precio fijo, que resultó ser un juego, porque si no les interesaba una cosa aplicaban la otra: O sea que no era serio( ni será) en la actualidad.
Los días que estuve se los pegó lloviendo a mares, claro en Asturias llueve... ¡¡vaya que si llueve!!

Lo positivo de ésta experiencia fué volver a saborear el ser novato, experimentar la amabilidad de los asturianos, y poder valorar lo mío que es Zaragoza.
Valoré que es más gratificante dar vueltas que estar obligado a parar en una parada, estresado por no tener mas opción. Me dí cuenta lo ignorantes que son las personas en todos los sitios, pensando que lo nuestro es lo mejor, y eso es falso, porque todo tiene un equilibrio, una sincronización; una cosa lleva a la otra, y no queremos verlo, preferimos ser ciegos a ser objetivos.

Gracias a Dios pude retornar a Zaragoza y poder seguir luchando, pero en otros parámetros, con otro angulo visual, de lo que jamás pude soñar. Caer en la cuenta de la necesidad que tienen los que vienen de fuera, en la acogida, en el trato humano.
Tantas sensaciones experimenté, que son inenarrables aquí. Me jugué todo en tres días, y tuve que tener la capacidad de rectificar lo imposible, en pocas horas porque sino hubiese sido una catástrofe laboral, por no haber podído hacer frente a los gastos de tener un taxi "colgado" en Zaragoza.

Ahora, los problemas son menos graves, las voces de algunas personas me entran por un audífono y me salen por el otro aunque no tenga pilas...

Existe vida fuera de nuestras fronteras, existen emociones e ilusiones lejos de nuestro entorno. Nadie es tonto, ni ignorante. Nadie somos mas o menos que los demás. Es ridículo ver el ego de algunos individuos, que sólo la vida les enseñará la REALIDAD.

2 comentarios:

  1. Hola soy Jonathan, la verdad me ha encantado creo que tienes mucha razon cuando hablas de que todos pensamos que lo nuestro es lo mejor y no, para hablar de ello hay que conocer lo que hay fuera no? al menos eso creo yo jeje!!

    Bueno un abrazo creo que nunca te lo he dicho pero gracias por cuidar de mi madre y mis hermanas. Un beso

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  2. Bueno.El caso es que estamos en Zaragoza y que ya llevamos juntos dos años viviendo aqui.Y yo feliz,contigo y con las niñas.De vez en cuando,cuando nos da la morriña, nos vamos a Asturias para ver a mi hijo y a nuestros amigos,los de alli,los de siempre;los de verdad.Aunque ya no soy justa con decir que aquellos son los amigos de verdad porque aqui tenemos unos amigos que son joyas tambien.
    TE AMO

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